Aquello era el infierno.
Nunca lo hubiera imaginado así, aunque tampoco nunca lo hubiera sido capaz de describir mejor. 28 de mayo de 2005, hoy hace 5 años que empezó todo.
Mis ojos se abrieron. El calor era abrasador. Volví a intentarlos cerrar. El incesante calor no permitía el sueño. La situación tampoco era muy cómoda. Una toalla y una sudadera hacían las veces de almohada. Todo mi cuerpo estaba cubierto en sudor. Tenía la necesidad de salir de allí, de esos plásticos infernales. Los primeros rayos del sol que hacían poco esfuerzo por ocultarse de los plásticos, obligaban a buscar la sombra. No había árboles, ni vegetación en aquel lugar. No tenía duda que se trataba del infierno. Personas enfundadas en trajes de cuero negro provocaban una sugestión más abrasadora aún. Aquello era inhumano. Miles de personas buscando una sombra, robando la del vecino, guardando larguísimas colas para los pocos chorros de agua que estaban a disposición.
El primer síntoma de vida sucedió en Hamlet. Un grupo tocando en el escenario y gente moviéndose en masa hacia el chorro de agua que alguien había tenido la genial idea de arrojar sobre el público. Entre la gente que se movía hacia el chorro, el polvo que empezaba a subir en forma de nube como si de una estampida se tratase, y los potentes riffs con los que nos amenizaban. Canciones de un disco llamado El Infierno. This is Hell. Era muy buena idea poder disfrutar de algún concierto en la sombra. La carpa era el escape perfecto, y Hedtrip la motivación adicional. Nada nos pudo parar, pero la genial idea de refugiarnos del sol debajo de un gran plástico gigante se empezó a convertir en una medida desesperada que tampoco había salido tan bien. La solución sería la cerveza entonces. Colas y colas para comprar tickets. Todo iba horriblemente mal ahí abajo en el infierno.
La noche no parecía que fuera a permitirnos una tregua. Se iba el sol, aunque no se llevó el calor de la mano. Tocaba regresar al recinto. Fu Manchu esperaba. Una marabunta de gente para entrar y salir. No había música. Corrían los primeros rumores de la cancelación del evento. Hablabas con unos y con otros...
...pasaban las horas sin información y la masa de gente te había absorbido por completo, cada 5 minutos estabas en un lado. Primera noticia del retraso, y confirmación del cambio de escenario de Incubus. La marea humana que ocupaba ambos escenario ahora intentaba ocupar sólo uno, en el que tocarían los tres grupos restantes. Seguían pasando las horas, la asfixia hacía ver a gente transportada hacia delante por encima de la gente para conseguir salir por el foso. Por encima de mi cabeza pasaron varios inconscientes, pérdida total del conocimiento. La puerta de un coche se empezaba a acercar transportada cual persona desmayada se tratase. ¡La puerta de un coche!...
El éxtasis de un concierto de Incubus, gente abandonando al grito de cobardes. La potencia y las ganas de ver a un grupo de primera línea que visitaba por primera vez España el día del décimo aniversario de su primer concierto, System of a Down, hicieron que se olvidara todo por hora y media (luego pasaría factura durante días). Más abandonos. Después de ese concierto la masa parecía diluirse. Decidimos descansar aprovechando el éxodo de gente. carpas, barras, coches de promoción, quemados, tirados, polvo, gente con máscaras, cruz roja en plena actividad llevándose gente. No sabíamos muy bien qué había pasado ahí atrás, pero teníamos claro que es lo más cerca de Vietnam que habías estado. Volvía de nuevo el sol, eran las 6 de la madrugada. Prodigy nos daba los buenos días después de esa noche infernal.
...mis ojos se abrieron. Esta mañana llovía un poco y el calor nos había abandonado. Salí de la tienda y allí apenas quedaba nadie. Había tenido una pesadilla, pero era tan real...
Nunca lo hubiera imaginado así, aunque tampoco nunca lo hubiera sido capaz de describir mejor. 28 de mayo de 2005, hoy hace 5 años que empezó todo.
Mis ojos se abrieron. El calor era abrasador. Volví a intentarlos cerrar. El incesante calor no permitía el sueño. La situación tampoco era muy cómoda. Una toalla y una sudadera hacían las veces de almohada. Todo mi cuerpo estaba cubierto en sudor. Tenía la necesidad de salir de allí, de esos plásticos infernales. Los primeros rayos del sol que hacían poco esfuerzo por ocultarse de los plásticos, obligaban a buscar la sombra. No había árboles, ni vegetación en aquel lugar. No tenía duda que se trataba del infierno. Personas enfundadas en trajes de cuero negro provocaban una sugestión más abrasadora aún. Aquello era inhumano. Miles de personas buscando una sombra, robando la del vecino, guardando larguísimas colas para los pocos chorros de agua que estaban a disposición.
El primer síntoma de vida sucedió en Hamlet. Un grupo tocando en el escenario y gente moviéndose en masa hacia el chorro de agua que alguien había tenido la genial idea de arrojar sobre el público. Entre la gente que se movía hacia el chorro, el polvo que empezaba a subir en forma de nube como si de una estampida se tratase, y los potentes riffs con los que nos amenizaban. Canciones de un disco llamado El Infierno. This is Hell. Era muy buena idea poder disfrutar de algún concierto en la sombra. La carpa era el escape perfecto, y Hedtrip la motivación adicional. Nada nos pudo parar, pero la genial idea de refugiarnos del sol debajo de un gran plástico gigante se empezó a convertir en una medida desesperada que tampoco había salido tan bien. La solución sería la cerveza entonces. Colas y colas para comprar tickets. Todo iba horriblemente mal ahí abajo en el infierno.
La noche no parecía que fuera a permitirnos una tregua. Se iba el sol, aunque no se llevó el calor de la mano. Tocaba regresar al recinto. Fu Manchu esperaba. Una marabunta de gente para entrar y salir. No había música. Corrían los primeros rumores de la cancelación del evento. Hablabas con unos y con otros...
...pasaban las horas sin información y la masa de gente te había absorbido por completo, cada 5 minutos estabas en un lado. Primera noticia del retraso, y confirmación del cambio de escenario de Incubus. La marea humana que ocupaba ambos escenario ahora intentaba ocupar sólo uno, en el que tocarían los tres grupos restantes. Seguían pasando las horas, la asfixia hacía ver a gente transportada hacia delante por encima de la gente para conseguir salir por el foso. Por encima de mi cabeza pasaron varios inconscientes, pérdida total del conocimiento. La puerta de un coche se empezaba a acercar transportada cual persona desmayada se tratase. ¡La puerta de un coche!...
El éxtasis de un concierto de Incubus, gente abandonando al grito de cobardes. La potencia y las ganas de ver a un grupo de primera línea que visitaba por primera vez España el día del décimo aniversario de su primer concierto, System of a Down, hicieron que se olvidara todo por hora y media (luego pasaría factura durante días). Más abandonos. Después de ese concierto la masa parecía diluirse. Decidimos descansar aprovechando el éxodo de gente. carpas, barras, coches de promoción, quemados, tirados, polvo, gente con máscaras, cruz roja en plena actividad llevándose gente. No sabíamos muy bien qué había pasado ahí atrás, pero teníamos claro que es lo más cerca de Vietnam que habías estado. Volvía de nuevo el sol, eran las 6 de la madrugada. Prodigy nos daba los buenos días después de esa noche infernal.
...mis ojos se abrieron. Esta mañana llovía un poco y el calor nos había abandonado. Salí de la tienda y allí apenas quedaba nadie. Había tenido una pesadilla, pero era tan real...
